miércoles, 13 de junio de 2007


La semana pasada, Boquita, el equipo de mis amores, disputó un partido que los medios trataron como una gesta épica. Creo que no fue para tanto, pero lo que sí es cierto es que por momentos el paisaje de la Bombonera semejaba un campo de batalla de un film de Akira Kurosawa. Kagemusha, Ran, podrían funcionar como ejemplos. También algunos podrán decir que Pino Solanas armó su clásica puesta en escena (El exilio de Gardel, Sur) con sus tomas neblinosas y más o menos poéticas. Estaba a punto de escribir este comentario ni bien terminado el cotejo contra Cúcuta cuando desistí de la idea. Pero hoy, en la primera final de la Libertadores contra Gremio de Porto Alegre, lo veo a él (y no me refiero a la omnipresente figura del "diez"), si no al gran Francis Coppola, observando el partido. Por suerte, no hay analogías posibles entre algunas de sus películas y el partido que Boca ganó con algún susto por 3 a 0. Nada de Apocalypsis Now ni El Padrino. Fútbol a secas. Bonito la menor de las veces y peleado a muerte como toda final de Copa que Boca juega desde que tengo uso de memoria.
Me alegro de haber visto el partido y al gran Francis en la Bombonera. Supogo que estará trabajando en la preproducción del filme que rodará pronto en la Argentina.
Por Boca y por Francis, ¡Salud!

FEDERICO FELLINI, EL GRAN MENTIROSO

Curso de cine dictado por Sergio Zadunaisky

Histriónico, imprevisible, tierno, sensible, ingenioso, mordaz... son solo algunos de los adjetivos con los que se ha definido al maestro Federico Fellini. Creador de un universo cinematográfico mágico y poético de un marcado carácter autobiográfico, Fellini es uno de los directores más imitados y controvertidos de la historia. Sus filmes presentan un mundo en el que la remisión a una realidad que coexiste con lo fantástico es la condición misma de la existencia de unos personajes situados a medio camino entre lo cotidiano, lo grotesco y el delirio poético. Para el italiano, no es necesario que las cosas que se ofrecen sean auténticas, lo que debe serlo es la emoción que se advierte cuando se ve, cuando se expresa. Su vasta influencia llega a directores de la talla de Martín Scorsese, David Lynch, Emir Kusturica, Woody Allen, Tim Burton y muchos más.

En este curso analizaremos sus filmes más importantes, en donde podremos ver su recorrido desde las fuentes del Neorrealismo Italiano hasta la consolidación de un lenguaje propio, que llegaría a convertirse en una verdadera marca registrada (lo comúnmente denominado “fellinesco”).

Algunas de las películas que se analizarán / comentarán en el curso:

Europa 51, Paisá, Intervista, El sheik, Los inútiles, La strada, El cuentero, La dolce vita, Fellini 8 ½, Amarcord, Ginger y Fred, El gran pez, Terciopelo azul, Stardust Memories, Underground, Calles salvajes, La casa de los engaños.

Fecha de inicio:Martes 19 de junio a las 20 horas en Sucre 2725.
Duración: Un mes.
Arancel: 110 pesos.
Informes e inscripción: zadunuevo@fibertel.com.ar / 154 178-2080

lunes, 11 de junio de 2007


Los chicos ven el cine en pantalla grande
Encuentros coordinados por María Fernanda Rodrigo (Artista plástica, profesora de plástica para niños) y Sergio Zadunaisky (Docente y crítico de cine)

Mi vecino Totoro, Hayao Miyazaki, Japón, 1988 (86 minutos)
Recomendada para chicos de 6 a 11 años
De qué se trata la peli: Dos niñas de 4 y 8 años se mudan a una casa en el campo junto a su padre, ya que su madre está enferma en un hospital cercano. Mientras aguardan la rehabilitación de esta última, las hermanas descubrirán (a la manera de lo que ocurre en Alicia en el País de las Maravillas), un mundo diferente y oculto junto a su nuevo hogar. Allí, Totoro, una criatura gigantesca que vive debajo de un árbol, se convertirá en uno de sus amigos inseparables.

Miyazaki, del que ya disfrutamos en este ciclo “Kiki, aprendiz de bruja”, vuelve a sorprendernos con una historia preciosista y contemplativa, en donde, sin complejos, lo fantástico se funde con la realidad cotidiana. Hay un tono de gozo, de esa felicidad simple e intensa, propia de la infancia, que pocas veces ha sido plasmado en una obra de arte con tal maestría.

La proyección se hará el viernes 15 de junio a las 17.30 horas en el barrio de Belgrano (Miñones y Mendoza). Se servirá una merienda y al finalizar la proyección se discutirá la película con los chicos y se les propondrá realizar un trabajo relacionado con la plástica y el dibujo acerca de lo que más le interesó de la película.

Para reservar lugar, hay que llamar a Sergio al 154 178 2080.

jueves, 7 de junio de 2007

Lo que vi, por David Zadunaisky


LO QUE VI


LECCIONES ESPIRITUALES PARA LOS JOVENES SAMURAIS

Días atrás, paseando por el Parque Rivadavia y mirando libros, encontré uno que buscaba hacía mucho tiempo.
Su autor, Yukío Mishima, podemos decir que fue la quintaescencia del espíritu de la tradición japonesa dentro del envase de un escritor que admiraba también la cultura occidental.
Como un presagio de lo sería su vida, Kimitake Iraoka, tal su nombre verdadero, significa "príncipe guerrero"
Sus "Lecciones espirituales para los jóvenes samurais" son una síntesis de su legado. Leerlas significa entrar en el milenario ideario japonés del valor, de la acción y todas sus implicancias, del honor, del recato, del pudor y de la cortesía, con pautas muchas veces difíciles de entender para extranjeros de otras latitudes. Podemos no estar de acuerdo con muchos de sus consejos pero si lo que queremos es tratar de entender el alma del Japón ancestral, tenemos que leer estas "Lecciones" con delicada atención.
Entiendo que esto (y mucho más) es lo que debe haber hecho Clint Eastwood para hacer sus "Cartas de Iwo Jima"
Es extraño, pero también reconfortante, como la mirada de un norteamericano (y bastante belicista ) rival del imperio japonés en la segunda guerra mundial, se posa con todo respeto y meticulosidad, y sin el menor atisbo de ironía, en las contradicciones de los oficiales japoneses, en las penurias de sus soldados rasos y en la forma en que ve y vive la guerra un descendiente de los legendarios samurais.
Un complicado sistema de castas, en donde los soldados son vulgares campesinos despreciables y los oficiales descienden de la nobleza y son finos y cultos preside la trama dentro de la isla de Iwo Jima, uno de los últimos bastiones que resistían el embate masivo y tenaz del ejército norteamericano en los finales de 1944 y cerca ya del fin de la guerra.
Fin de la guerra que se presentía en todos y en cada uno de los integrantes de la tropa japonesa, faltos de todo lo indispensable para poder resistir decorosamente al enemigo.
La película es de una melancolía que deriva en tristeza hacia el final ya anunciado de derrota.
En ningún momento estamos ante estereotipos. Los soldados son rehenes de la casta superior, éstos son rehenes de su propia tradición que les dice que no es aceptable la derrota. Mejor morir antes que caer derrotados y rendirse. El monte Suribachi, donde los marines izaron la bandera, en la famosa escena que da pie a la trama de "Flags of our fathers", la primera de estas dos pelis de Eastwood, es el mudo testigo de las pasiones que despierta la guerra: el odio, el rencor, el desprecio, pero también la camaradería fraterna, la compasión y el respeto por el otro a pesar de ser un enemigo.
En mi familia (donde todos somos cinéfilos) Clint Eastwood es el "pulga", el "pulga" Eastwood. Por alguna compleja historia que se perdió en el túnel de los tiempos, un director que por obra de su trayectoria y por el placer que nos causa ver sus pelis, se convierte en "pulga" es una figura de culto.
Bueno, Cartas de Iwo Jima es una auténtica obra del "pulga", profunda y humana, nos deja pensando. Y emocionados.
Au revoir y hasta la próxima