lunes, 12 de noviembre de 2007


DALE CINE PRESENTA

Ciclo de análisis de Ingmar Bergman – II Parte
Coordinado por Sergio Zadunaisky

Desde el 14 de noviembre durante cuatro miércoles a las 20.15 horas en Manuela Pedraza 2751.

Al igual que otros maestros del séptimo arte, como F.W. Murnau, John Ford, Robert Bresson o Federico Fellini, el cine de Ingmar Bergman se fundamenta en un estilo demasiado personal e intenso, sin posibilidades de continuidad, sin discípulos conocidos. Nada en ella es lo suficientemente “accesible” como para verse reducida a una serie de gimmicks o fórmulas más o menos magistrales, capaces de ser reproducidas o retomadas por otros. Quizá por ello, numerosos e importantes cineastas han manifestado públicamente su admiración, su perplejidad o sus reparos hacia la obra del realizador sueco con inusual vehemencia. He aquí una pequeña muestra:

“En un primer nivel están los directores que ofrecen al público un buen y sólido entretenimiento, año tras año. En un segundo nivel, están los artistas que hacen un cine más profundo, más personal, más original, más excitante… Y finalmente, por encima de todos ellos, está Ingmar Bergman, que es probablemente el mayor de los artistas del séptimo arte, a todos los niveles, desde la invención de la cámara cinematográfica”. (Woody Allen)

“Las películas de Ingmar Bergman se han adentrado en rincones de la mente y el alma humana donde yo jamás me atrevería a asomarme”. (David Cronenberg)

“No veo a Bergman como un director religioso. Creo que es un ateo convencido y que sus películas nos dicen que no hay nada más allá de esta vida. Pero eso no es problema para que haga un cine espiritual y humanista”. (Terence Davies)

Programa del ciclo:

14 de noviembre: Los comulgantes (1962) – Duración: 82´
La crisis de las relaciones personales, la incapacidad de amar, la incomunicación y la soledad, la ausencia de un sentido lógico de la vida y sus arbitrariedades, de la existencia de uno mismo, se vehiculan a través de la tortuosa vivencia personal del pastor Tomás Ericsson (Gunnar Bjöstrand), quien no puede dar alivio a sus feligreses ni a su propia alma.

21 de noviembre: La hora del lobo (1968) – Duración: 90´
“Hubo un tiempo en que las noches eran para dormir, para soñar y levantarse sin temores”, dice el protagonista de La hora del lobo, el pintor Johan Borg (Max Von Sydow), quien se ha recluido en la isla de Farö-ese emblemático espacio cerrado bergmaniano, de impresionantes acantilados e imponentes playas-, incapaz de comprender/asimilar el mundo exterior, devorado por sus propios fantasmas. Es ésta una maravillosa muestra de cine fantástico, terrorífico, que nada tiene que ver con las más trilladas convenciones del género, con sus artificios y sus trucos. La hora del lobo ahonda en los desarreglos del espíritu y Bergman se convierte en el oficiante de un misterio insondable, sobrecogedor.

28 de noviembre: El huevo de la serpiente (1977) Duración: 119´
Una vez terminada Cara a cara, Bergman decide realizar su inmediata película fuera de Suecia. Con capital alemán y producida por Dino De Laurentiis dirige El huevo de la serpiente, una atípica película del director cuya estructura cinematográfica es, posiblemente, la más convencional de toda su obra. Lejos de exhibir los miedos internos de sus personajes, aquí el horror está introducido por un elemento externo. Sus personajes se mueven en una fantasmagórica Alemania llena de miseria y de tristeza, completamente desolada. Ese aislamiento remite, de alguna forma, al de los protagonistas de El silencio, y la trama en la que se ven envueltos es una trama sin salida posible, la muerte está presente continuamente, desde las primeras escenas. Bajo ese punto de vista la película no deja de ser una continuación de su obra, pero la forma de realizarla, como si un film de suspense se tratara, y la aparición de una serie de personajes algo convencionales y esquemáticos, redujo el interés de la película, que, sin embargo, no es en absoluto despreciable, ni siquiera en el contexto de su obra.

05 de diciembre: Sonata otoñal (1978) Duración 99´
“La idea de trabajar con Ingrid Bergman era antigua, pero no es el origen de esta historia. La última vez que la había visto fue en el festival de Cannes con ocasión de la proyección de Gritos y susurros. Entonces me metió una carta en el bolsillo, donde me recordaba que le había prometido hacer una película juntos” (Ingmar Bergman, en su libro Imágenes).
Sonata otoñal aborda de manera clara la dificultad de conciliar el temperamento artístico con las emociones humanas más simples: el film diserta acerca del papel que juega el artista t su arte en la sociedad, de la figura del artista como trabajador, del arte como disciplina.

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